La idolatría que a todos nos tienta
El amor a la riqueza tiene como principio el falso pretexto de ayudar a los necesitados.
La codicia es idolatría, miedo por falta de fe, predictor de la vejez, mensajera de la hambruna, agorera de la sequía. El amor a la riqueza tiene como principio el falso pretexto de ayudar a los necesitados. Mientras su hacienda es pequeña, el avaro parece generoso; sin embargo, cuando sus riquezas se acrecentan, cierra sus manos y deja de dar a otros.
He conocido personas sin dinero que, a pesar de esto, se han enriquecido en compañía de los pobres de espíritu, quienes han olvidado su pobreza anterior. No digas que estás ahorrando para dar a los demás, porque la viuda del Evangelio se compró el Reino de los Cielos con dos monedas. Quien sea capaz de vencer esta pasión, habrá cercenado de un tajo el lazo que le ataba a las preocupaciones de este mundo; no obstante, quien no sea capaz de desatarse, no podrá presentarle a Dios una oración pura.
(Traducido de: Sfântul Ioan Scărarul, Scara Raiului, Editura Învierea, traducere de mitropolit Nicolae Corneanu, 2007, pp. 246-247)