La Iglesia representa un régimen “político” con leyes distintas a las de los regímenes seculares
El propósito de la Iglesia, es decir, la deificación-santificación del hombre, es también el propósito inicial de la creación de nuestros protopadres.
¿Cuál es el propósito de la Ortodoxia? Éste se observa con claridad en el calendario de la Iglesia. Primero tenemos la Pascua, luego el Pentecostés. En la Pascua tenemos un bautizo con agua. En el Pentecostés, uno con el Espíritu. Así pues, hasta el Pentecostés los fieles son examinados por el Espíritu Santo. ¿Cuál es el resultado? El Domingo de Todos los Santos. En otras palabras, que todos los ortodoxos sean parte de las legiones de santos. El fruto del Espíritu Santo en el Pentecostés es la santificación del hombre. Este es el propósito del Bautizo. Bien, pero esto último ha llegado a ser solamente el objetivo de los monjes, su “ocupación” principal. Es decir, ¿no deberíamos todos llegar a ser santos? ¿Sólo los monjes? ¿Qué significa esto? ¿No tenemos todos la misma necesidad de sanación? Es como si tuviéramos cáncer, y dijéramos que sólo los médicos tienen derecho a un tratamiento, no cada uno de nosotros. ¿Qué clase de medicina aceptaría tratar solamente a un grupo de individuos? La medicación debe ser accesible para todos. El propósito de la Iglesia, es decir, la deificación-santificación del hombre, es también el propósito inicial de la creación de nuestros protopadres. Esto se observa en el hecho que también los niños pequeños pueden alcanzar la santidad. Al nacer, la mente (νοῦς) del niño está como iluminada, su energía noética funciona, pero esa misma energía será más adelante oscurecida por las condiciones en las que el infante habrá de crecer.
La Iglesia representa un régimen “político” con leyes distintas a las de los regímenes seculares. ¿Qué es la Ortodoxia? Desde luego, la Ortodoxia tiene relación con Dios, lo honra y comparte Su gloria. La Iglesia está compuesta por personas, que son el Cuerpo de Cristo, pero que se diferencian entre sí por su estado espiritual. Es decir que en la Ortodoxia no existe la democracia y la igualdad absoluta entre los ciudadanos del Cuerpo de Cristo. No. Tenemos desigualdad. Y, de hecho, a veces se trata de una desigualdad muy grande. Esto significa que el “régimen político” de la Iglesia no tiene relación con la democracia, las dictaduras o con cualquier otra forma semejante. Es una sociedad carismática de personas que conforman el Cuerpo de Cristo. Tenemos patriarcas, profetas, apóstoles, obispos, sacerdotes, diáconos y laicos. Luego, los deificados, los iluminados, otros que se están purificando, etc. Tenemos una diversidad muy grande.
(Traducido de: IPS Ierótheos Vlachos, Mitropolitul Nafpaktosului, Dogmatica empirică după învățăturile prin viu grai ale Părintelui Ioannis Romanidis, Volumul II, Editura Doxologia, Iași, 2017, p. 191-192)