Palabras de espiritualidad

La importancia de resguardar la identidad de una nación

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Lo que está cimentado en la fe, los valores y la tradición, no muere jamás. Ciertamente, tenemos el país que nos merecemos.

¿Cómo percibe el sentimiento patriótico en las personas que vienen a visitarlo, padre? ¿Aún hay rumanos patriotas? ¿Siguen “vibrando” como antaño? ¿Están dispuestos a sacrificarse (por su país)? ¿O ya no tienen por qué y para quién luchar?

—Hay toda clase de personas. Algunos se van a trabajar al extranjero, y cuando vuelven dicen: “Padre, extraño la miseria de nuestro país… Y de una forma tan fuerte, que quisiera quedarme para siempre…”. Nuestros sacerdotes tendrían que ejercer de misioneros entre aquellos connacionales nuestros que están en el exterior. No nos podemos permitir perder una sola alma; luego, la culpa es siempre colectiva. ¡Sí, todos ellos son patriotas, son rumanos, aunque siempre se les diga que nosotros no somos nada en Europa, que lo mejor es globalizarnos y que nuestra identidad nacional ya está perdida!

Sin embargo, lo que está cimentado en la fe, los valores y la tradición, no muere jamás. Tenemos el país que nos merecemos. Y tenemos, querido hijo, un país hermoso como el jardín del Paraíso; lo importante es tener paciencia y también la capacidad de apreciar toda esa belleza, sin dejarnos aturdir por la idea de que una desviación es más importante que eso que tenemos seguro en nuestro destino, la calidad de ser rumanos…

(Traducido de: Adrian Alui GheorghePărintele Iustin și morala unei vieți câștigate, Editura Credința Strămoșească, p. 89)