La importancia del auxilio mutuo
Dios enlazó las cosas de tal forma que nadie pueda alcanzar su propio provecho, si antes no ha colaborado con el de los demás.
Dios, que es tan amoroso, desea que los hombres se unan los unos a los otros. Por eso fue que estableció una ley muy importante en lo que respecta al vínculo entre las personas: que cada uno necesite de la ayuda de los otros. El agricultor, por ejemplo, no siembra tanto trigo como necesita, porque si obrara así estaría afectando no sólo su propia existencia sino también la de los demás. De igual forma, el soldado no se expone a los peligros de la guerra para salvarse solamente a sí mismo y a los suyos, sino para ofrecer paz y seguridad a su nación. Lo mismo ocurre con el comerciante, que no trae solamente las mercancías que necesita, sino también para muchos más. Si Dios no hubiera dejado esta ley, que cada uno necesite de los demás, verdaderamente nadie buscaría ser útil a los demás. Por eso fue que Dios enlazó las cosas de tal forma que nadie pueda alcanzar su propio provecho, si antes no ha colaborado con el de los demás. Ni siquiera podríamos salvarnos si carecemos de ese amor recíproco. Aún más: aunque alcances la más alta concepción de la vida, si no cuidas de los que se han perdido, no podrás alcanzar ninguna prebenda ante Dios.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Despre Dragoste și Prietenie, Editura Libera, p. 2)