La influencia de la oración sobre las almas
La forma en que actúa esa influencia es algo que supera, en mucho, nuestra capacidad de entendimiento; nosotros solamente tenemos que creer en ello, porque está escrito: “Pedid y se os dará” (Lucas 11, 9).
De todas las acciones del alma, la más poderosa es la oración, que hace que el hombre realice cosas que están más allá de su limitada naturaleza. Esta verdad resulta incomprensible para aquellos que no oran, y especialmente para quienes nunca han orado. La oración es una acción espiriual invisible. No siempre se pueden explicar los actos que llegan al territorio de lo espiritual. ¿De qué manera se extiende la acción de la oración, desde este mundo terrenal, hasta el mundo invisible, de lo etéreo y lo espiritual? ¿Cómo puede la oración de un simple ser humano, lograr que en otra alma se produzca el sentimiento deseado? Todos los días vemos muestras de esta verdad: oras por alguien por quien sientes afecto, y tu petición es atendida: sana el enfermo, recibes noticias de alguien que está lejos, etc.
Si nuestras peticiones se cumplen en un alma que se halla muy lejos de nosotros, ¿qué podría impedir que nuestras peticiones se cumplan en esas almas que ahora están en la eternidad, en ese lugar que es solamente una parte de la patria de todos los seres espirituales? La influencia de la oración sobre las almas es la misma, sin importar en dónde estén. La forma en que actúa esa influencia es algo que supera, en mucho, nuestra capacidad de entendimiento; nosotros solamente tenemos que creer en ello, porque está escrito: “Pedid y se os dará” (Lucas 11, 9).
(Traducido de: Părintele Mitrofan, Viața repausaților noștri și viața noastră după moarte, Editura Credința strămoșească, Petru Vodă – Neamț, 2010, pp. 243-244)