La juventud está siendo intoxicada con la idea de violencia, misma que destruye, en primer lugar, su sensibilidad, su alma. Si no cuidamos a nuestros jóvenes, habremos de lamentarlo amargamente. La juventud es como una inversión a futuro. Si inviertes bien tu talento, vivirás bien en tu vejez. Si lo inviertes de forma errada, tendrás que pagar las consecuencias.

Las señales del futuro pueden ser leídas en nuestro comportamiento y el de los jóvenes de hoy. Y ellos nos juzgarán por no haberlos sabido orientar... ¿Y qué les responderemos? ¿Que no sabíamos cómo hacerlo? ¿Que no nos interesaba? Con excusas no podremos reparar del daño provocado por nuestro egoísmo e indiferencia.

(Traducido de: Adrian Alui Gheorghe, Cu părintele Iustin Pârvu - despre moarte, jertfă și iubire, Editura Conta, Piatra Neamț, 2006, p.190)