Palabras de espiritualidad

La lección de humildad que San Espiridón le dio a un obispo

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Era muy esmerado en el cumplimiento de las reglas de la Iglesia y guardando la integridad de la Divina Escritura.

Sobre este gran santo, Espiridón de Tremitunte, los historiadores de la Iglesia, Nicéforo y Sozomeno, dicen lo siguiente:

«Era muy esmerado en el cumplimiento de las reglas de la Iglesia y guardando la integridad de la Divina Escritura, sin cambiar una sola letra del santo libro.

Una vez, en la celebración de un sínodo de obispos en Chipre, participaron tanto San Espiridón como el obispo Trifilio, quien era muy versado en la sabiduría de los libros, por haber dedicado años enteros al estudio de las Escrituras. Precisamente por esto, los jerarcas allí reunidos le pidieron que pronunciara alguna prédica en la iglesia, ante el pueblo.

Así, en el transcurso de su homilía, Trifilio recordó las palabras que Cristo le dirigió a aquel paralítico, en el Evangelio de San Marcos: “¡Levántate y toma tu camilla!. Pero, en vez de decir “camilla”, dijo “lecho”, así: “¡Levántate y toma tu lecho!”.

Al escuchar esto, San Espiridón se levantó de su asiento, sin poder soportar que alguien cambiara las palabras pronuciadas por nuestro Señor. Entonces, alzando la voz, dijo:

¿Acaso tú eres mejor que Aquel que dijo “camilla”, y por eso te avergüenzas de Sus palabras?

Y, diciendo esto, se dirigió hacia la puerta de la iglesia y se fue. Y no hizo nada malo actuando así, a pesar de ser menos instruído en cuestiones de doctrina, porque le dio una lección de humilde sabiduría y mansedumbre a Trifilio, quien solía envanecerse por la belleza de sus prédicas»