La llave de la salvación
Sin sufrimientos no existe la salvación, tal como para los discípulos de Cristo la felicidad en este mundo no es algo posible.
Si soportamos pacientemente las aflicciones, sin importar su naturaleza, estas nos librarán, en la eternidad, de los sufrimientos del infierno.
Cuando nos esmeramos en imitar al Señor, las aflicciones nos revelan la imagen de la Cruz de Cristo, que nos lleva a la vida eterna, con Dios, para morar eternamente a Su lado.
Salvarte significa tener aflicciones. Sin sufrimientos no existe la salvación, tal como para los discípulos de Cristo la felicidad en este mundo no es algo posible, porque dice el Evangelio: “en el mundo tendréis tribulaciones” (Juan 16, 33).
(Traducido de: Arhiepiscopul Antonie de Golânsk și Mihailovsc, Calea rugăciunii lăuntrice. Manualul isihiei, Editura Bunavestire, Galați, 2003, p. 33)