Palabras de espiritualidad

“La Madre del Señor, hijo mío, vive en su ícono”

    • Foto: Bogdan Zamfirescu

      Foto: Bogdan Zamfirescu

Yo me quedé atónito; mis pies parecieron perder fuerza y con mucho trabajo logré seguir: “Escúchanos, oh Dios, escúchanos, oh Dios...”.

«Hace algunos años», relataba el stárets, «sufriendo yo de unos terribles y constantes mareos, me enteré de que el ícono de la Madre del Señor, del Monasterio Xenia, en Almyros, había sido traído a Lemnos desde la isla de Eubea. A pesar de hallarme enfermo, me acordé de la enorme deuda que tenía con la Madre del Señor, por haberme sanado las piernas cuando era pequeño. Así, me decidí a ir a venerar el ícono y demostrarle mi agradecimiento a la Virgen.

Bajé a Lemnos y, después de venerar a la Santísima Virgen, esperé a que inciara la procesión con aquel milagroso ícono. Entonces, algunos sacerdotes se me acercaron y me pidieron que participara también yo en el cortejo, como hieromonje.

Yo no quería aceptar ese honor, ¿pero qué podía hacer? Así, me uní a la procesión. En un momento dado, cuando nos detuvimos para hacer unas oraciones, me tocó el turno de decir: “Escúchanos, oh Dios, Salvador nuestro, esperanza de todos los confines de la tierra y de todos los que están lejos, en el mar...”. En ese instante, vi que Madre del Señor, desde su ícono, cobraba vida, volviendo sus dulces ojos hacia mí. Después levantó su mano y me bendijo.

Yo me quedé atónito; mis pies parecieron perder fuerza y con mucho trabajo logré seguir: “Escúchanos, oh Dios, escúchanos, oh Dios...”. No sé cuántas veces repetí y repetí esas mismas palabras. Sólo Dios sabe cómo terminé la oración y cómo pude continuar con la procesión. La Madre del Señor, hijo mío, vive en su ícono... ¡yo mismo fui testigo de ello con mis propios ojos!».

(Traducido de: Un Stareţ sfânt – fericitul părinte Iacov, Egumen al Sfintei Mănăstiri „Cuviosul David”, Traducere din limba greacă de monahul Pimen Vlad, Chilia Sfântului Mucenic Artemie, Schitul Lacu – Sfântul Munte Athos, Editura Bunavestire, Bacău, 2002)