La mano creadora de Dios
La fe completa los vacíos de la razón y la convence para que reonozca esto: que Dios puede hacer cualquier cosa, porque es Todopoderoso y Omnipotente.
Dios, nuestro Creador, no formó el mundo del mismo modo en que los hombres crean sus cosas. Los hombres crean sus cosas a partir de algo que ya existe, es decir, se valen de la materia que conocen, que existe, y aún así lo hacen con trabajo, con mucho esfuerzo. Dios, sin embargo, creó este mundo, es decir, el cielo, la tierra y todo lo que hay en ella, a partir de la nada y sin esfuerzo alguno, solamente con Su voluntad y Su palabra. Él pronunció algo y eso que dijo se materializó. Con solo una palabra Él hizo que todo se hiciera realidad. Esto nos demuestra el poder de Dios. Nuestra mente, que nos dice que de la nada no se puede crear algo, no es capaz de entender cómo fue que de la nada se pudo constituir el mundo entero. Pero la fe completa los vacíos de la razón y la convence para que reonozca esto: que Dios puede hacer cualquier cosa, porque es Todopoderoso y Omnipotente. “Para Dios no hay nada imposible” (Lucas 1, 37). “Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase de lo que no aparece” (Hebreos 11, 3).
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Comoară duhovnicească, din lume adunată, Editura Egumenița, Galați, 2008, p. 5)
