La mejor forma de prepararnos para enfrentar las pruebas
Esta preparación te hará fuerte y resistente ante las adversidades más grandes y severas. Además, ayuda a extinguir el orgullo desde su raíz.
Si no te acostumbras, amado hijo, a luchar contra los movimientos de tu interior, contra las ofensas por parte de los demás y en contra de cualquier otra tribulación que pueda asaltarte, te aconsejo que hagas lo siguiente:
Hallándote en la soledad de tu habitación o en tu casa, empieza a pensar que en cualquier momento vendrá alguna aflicción a ponerte a prueba. De esta forma, siempre estarás preparado para hacer frente a cualquier tribulación, sin sufrir por ello, sino soportándola con gratitud y serenidad. Medita siempre sobre estas cosas antes de salir de tu hogar y dirigirte a cualquier lugar. Pero, sobre todo, antes de encontrarte con personas que sabes que tienden a enfadarse con facilidad.
Esta preparación te hará fuerte y resistente ante las adversidades más grandes y severas. Además, ayuda a extinguir el orgullo desde su raíz.
Por eso es que dice el salmista: “Me he preparado y no me he perturbado” (Salmos 118, 60).
(Traducido de: Nicodim Aghioritul, Războiul nevăzut, Editura Egumenița, Galați, p. 52)