Si quieres librarte del juicio del implacable Juez, deja de buscar la riqueza que se obtiene perjudicando a los demás. Puede que en esta vida te sientas protegido por el poder del dinero, tu influencia ante altos funcionarios y el beneplácito de los jueces. Sin embargo, en la vida futura, ¿quién te defenderá? Ahí irás acompañado solamente por tus propios pecados y el clamor de aquellos de quienes te has aprovechado, clamor que se elevará hasta el trono celestial de Dios. ¡Que el Señor te conceda conocer la santa y celestial misericordia que se obtiene con el arrepentimiento!

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele Vieții, traducere de Cristian Spătărelu și Daniela Filioreanu, Editura Egumenița, p. 232)