La morada de Dios aquí en la tierra
En la Santa Iglesia, en el templo dedicado a Dios, tienen lugar cosas celestiales aquí en la tierra: se celebran los oficios litúrgicos, la Divina Liturgia.
La iglesia, entendida como lugar de culto, es el Cielo en la tierra. Nosotros creemos en la existencia del Cielo, que está más allá de este mundo, pero sabemos que también existe un Cielo en la tierra. Ese Cielo es la morada de Dios, la Santa Iglesia. Porque en la Santa Iglesia, en el templo dedicado a Dios, tienen lugar cosas celestiales aquí en la tierra: se celebran los oficios litúrgicos, la Divina Liturgia.
Quisiera que todos recordáramos esto que digo, que la Santa Iglesia, entendida como lugar para adorar a Dios, en el cual se celebran la Divina Liturgia y los demás oficios litúrgicos, es el Cielo en la tierra, y nadie podrá llegar más allá de este mundo, si no participa en los oficios divinos, en el Cielo que hay en la tierra. No es posible llegar al Cielo, si no asistimos a la Santa Iglesia.
Todo lo que se celebra en la Santa Iglesia tiene como objetivo ponernos en contacto con Dios, para que pensemos en Él, para que lo adoremos, para que nos volvamos portadores de Dios Padre, de Cristo y del Espíritu Santo: para que llevemos a la Santísima Trinidad en nuestro interior. Todas estas cosas solamente se pueden realizar en la atmósfera de recogimiento que nos ofrece la Santa Iglesia.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 21)