La morada del alma que ha sido bendecida por Dios
El hombre se llena de paciencia, si nutre su corazón con el don de las buenas acciones y con el dulce sentimiento de la humildad.
El hombre vive en la paciencia si se acuerda permanentemente de Dios, que ese el aire más puro para el alma, y si nutre su corazón con el don de las buenas acciones y con el dulce sentimiento de la humildad. Pero, si no se acuerda de Dios, si no cuida la llama de la oración en su interior y si se debilita espiritualmente porque no hace nada bueno, prefiriendo siempre obrar el mal, el hombre pierde la paciencia inmediatamente ante la menor adversidad o tentación. ¿Y qué es lo que pasa? Que se enciende de enojo, se enfurece y pierde lo poco que tenía de paciencia, aun sabiendo que esta es la morada del alma que ha sido bendecida por Dios.
(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viața duhovnicească a creștinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, București, 2010, p. 28)