Palabras de espiritualidad

La mujer no debe llevar sola las cargas de la familia

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El poder de la mujer estriba, entre otras cosas, en su misma debilidad: queriendo honrar y respetar a su esposo no debe, en ningún caso, llegar convertirse en un “animal de carga”. Por medio de su comportamiento femenino e incluso con su misma presencia, la mujer debe motivar a su esposo a que la ayude y la trate dignamente.

Algunas mujeres asumen demasiadas responsabilidades en el hogar, tirando prácticamente solas la "carreta" familiar, y malgastando sus propias energías y salud. Desafortunadamente, el esposo se acostumbra rápidamente a tal estado de las cosas y deja de apreciar lo que su esposa hace por él. Incluso llega a creer que es correcto que la mujer ejecute tareas que sobrepasan sus propias fuerzas, porque en la superficie todo es paz y tranquilidad. Y es que la esposa tira y tira del yugo, sin emitir el más mínimo lamento, sin quejarse de nada.

Con tal forma de sumisión y exagerada humildad, la esposa impide que el hombre manifieste alguna iniciativa y demuestre sus cualidades masculinas, porque el poder de la mujer estriba, entre otras cosas, en su misma debilidad: queriendo honrar y respetar a su esposo no debe, en ningún caso, llegar convertirse en un “animal de carga”. Por medio de su comportamiento femenino e incluso con su misma presencia, la mujer debe motivar a su esposo a que la ayude y la trate dignamente.

(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, El şi ea: în căutarea armoniei conjugale, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu Vlas, Editura Sophia, București, 2014, pp. 59-60)