Palabras de espiritualidad

La Oración de Jesús, manantial de los dones de Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!

Practiquemos, pues, la oración de todo el tiempo, la oración con la que se salvan los monjes; esa oración que actualmente empieza a ser considerada más seriamente y en la cual muchos se han instruído, pero que pocos saben pronunciar como es debido: "¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!"

Esta oración es una forma de acercarse a Dios, un medio de examinarse a uno mismo, un pensamiento arquetípico para el conocimiento de los otros pensamientos, una forma de enriquecimiento espiritual a través de la disciplina mental y, finalmente, un medio por el cual Dios nos da sus dones.

(Traducido de: Arhimandrit Teofil Pârâian, Cuvinte către tineri, Editura Omniscop, Craiova, 1998, p. 13)

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