Palabras de espiritualidad

La oración de medianoche vivifica el alma

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El que no siente la necesidad de hacer algún esfuerzo o sacrificio por amor a Cristo, se cierra a recibir la Gracia.

Además del sosiego, en la noche ocurre algo más. He llegado al convencimiento de algo que talvez parezca extraño. Hay una diferencia entre las veinticuatro horas y la influencia que tienen sobre el organismo humano. Veamos, por ejemplo, que mientras la herida sigue en su lugar y en el mismo estado durante algún tiempo, la fiebre oscila. Por la mañana baja, al mediodía crece, en la tarde y noche crece aún más, y de madrugada vuelve a bajar. Esto depende del movimiento de la tierra. Tal como el cuerpo es influido por las horas, también lo es el alma.

El que vela en oración por la noche, al día siguiente podrá trabajar mejor, porque el Señor le concede la Gracia y le renueva el alma. Al contrario, el que no siente la necesidad de hacer algún esfuerzo o sacrificio por amor a Cristo, se cierra a recibir la Gracia.

(Traducido de: Ne vorbeşte părintele Porfirie – Viaţa şi cuvintele, Traducere din limba greacă de Ieromonah Evloghie Munteanu, Editura Egumeniţa, 2003,  p. 281)