La oración es una cuestión de amor. El hombre expresa su amor por medio de la oración. Si oramos, esta es la señal de que amamos a Dios. Pero si no oramos, estamos demostrando que no lo amamos, porque la medida de nuestra oración es la medida de nuestro amor a Dios. San Siluano identifica el amor a Dios con la oración, en tanto que los Santos Padres afirman que olvidarnos de Dios es la peor de las pasiones, porque es la única que no puede ser combatida invocando el Su Nombre, ya que nos hemos olvidado de Él. Sin embargo, si nos hacemos humildes y llamamos el Nombre del Señor, confiándonos a Su amor, recibiremos el poder de vencer cualquier pasión. Pero si nos olvidamos de Dios, el enemigo tiene libertad para matarnos.