Palabras de espiritualidad

La oración incesante en nuestros trabajos cotidianos

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Nuestro hogar es bendecido cuando efectuamos el trabajo diario con oración.

Oren sin cesar”, dice el Santo Apóstol Pablo (I Tesalonicenses 5, 17). Nuestro hogar es bendecido cuando efectuamos el trabajo diario con oración. Los alimentos preparados con amor y oración son una bendición para quienes gustan de ellos. Podemos orar incluso al vestirnos, diciendo: “¡Vísteme, Señor, con Tu justicia!”. Al salir o entrar de casa, podemos decir: “¡Bendice, Señor, mi salida (o mi entrada)!”. Cualquier otro momento del día puede ser encomendado a Dios con oraciones parecidas. La Señal de la Cruz y una oración para viajar deben ser practicadas cada vez que partimos de viaje.

En uno de los apotegmas de los Padres del Desierto, leemos que los alimentos preparados por cierto monje eran muy apreciados por los demás hermanos de su comunidad. Cuando éstos, curiosos, le preguntaron qué ingredientes especiales utilizaba para conseguir aquella sazón, el monje respondió con sencillez que lo único que él sabía preparar eran lentejas hervidas. Sólo después insistirle mucho, aquel monje accedió a revelar el secreto de su forma de cocinar: en cada etapa de la preparación de los alimentos repetía una oración de contrición.

(Traducido de: Maica Magdalena, Sfaturi pentru o educație ortodoxă a copiilor de azi, Editura Deisis, Sibiu, 2006, pp. 32-35)