La oración pone orden en nuestra vida
Haz un canon diario de oración, como Job, quien cada día presentaba una ofrenda diaria por sus hijos.
Toda oración es un don de Dios. En nuestro caso, porque somos débiles, tenemos la oración con la boca. De momento, practica esta forma de orar, padrecito. La fuente es profunda, pero la cuerda es corta y el cubo es pequeño. Cada uno abarca lo que puede; ni siquiera la abeja puede llevarse todo el néctar de la flor. Por eso, es bueno si te haces un canon de oración. Personalmente, si me levanto temprano y hago un canon de oración, siento que soy otro durante todo el día.
Pero si te levantas temprano y lo que haces deambular por la casa, porque si no es una cosa, es otra, te das cuenta de que las horas se te fueron sin haber logrado nada. Entonces, haz un canon diario de oración, como Job, quien cada día presentaba una ofrenda diaria por sus hijos.
(Traducido de: Părintele Paisie Olaru, Părintele Paisie de la Sihla, Editura Bizantină, București, 1999, pp. 69-70)