Palabras de espiritualidad

La oración revela nuestras pasiones, y el don de la contrición las sana

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

No es bueno sistematizar completamente el tiempo de nuestra oración, para que esta no se convierta en una simple costumbre. Oremos fervientemente, según nuestras posibilidades.

Tenemos que aprender a orar continuamente, incluso al caminar, repitiendo: “¡Señor Jesucristo, ten piedad de Tu mundo y de mí también!”. De igual manera, debemos practicar la oración: “¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!”, por la mañana y también en la noche. Eso sí, no es bueno sistematizar completamente el tiempo de nuestra oración, para que esta no se convierta en una simple costumbre. Oremos fervientemente, según nuestras posibilidades. Para esto, es muy importante el “apetito” de orar, que proviene de la inspiración de nuestra alma. Si oramos de esta manera, pronto notaremos cómo cada vez necesitamos orar más y más.

Cuando asumimos la oración, nuestras pasiones empiezan a hacerse evidentes, porque el maligno nos ataca desde nuestras debilidades, con tal de apartar nuestra mente de la oración. Y nos golpea en nuestras partes más sensibles, ahí donde radican nuestros vicios internos. La oración levanta auténticas tormentas de tentaciones y de embestidas del demonio, quien hará todo lo posible porque dejemos de orar. Los pensamientos que experimentamos cuando oramos nos demuestran las pasiones más poderosas que moran en nuestrio interior. ¿Qué debemos hacer? Luchar con perseverancia, para poder sanar de esas pasiones. Todas estas cosas debemos confesárselas a nuestro padre espiritual, pidiéndole, además, su orientación para librarnos de tales vicios. Dicho de otra manera, la oración revela nuestras pasiones, y el don de la contrición las sana.

Oremos cada mañana, pidiéndole al Señor que nos conceda la luz para poder enfrentar y resolver los problemas de la jornada. Y es que sin la Gracia de Dios no podemos hacer nada.

(Traducido de: Hierotheos Vlachos, Mitropolit de Nafpaktos și Sfântul VlasieCunosc un om în Hristos: Părintele Sofronie de la Essex, traducere din limba greacă de pr. Șerban Tica, Editura Sophia, București; Editura Cartea Ortodoxă, Alexandria, 2011, p. 197)