La oración sin fe es igual de inútil que la fe sin oración
El poder y el don de Dios están en todas partes, al alcance de cada uno de nosotros, pero no es posible participar de ellos si no lo deseamos y si no nos ponemos en acción.
La oración es el arma más importante y necesaria. Aprende a orar y vencerás a todas las fuerzas del mal que te embistan. La oración es un ala, la fe es otra, y ambas nos llevan al Cielo. Pero nadie puede volar con una sola ala: “la oración sin fe es igual de inútil que la fe sin oración”. Si tu fe es débil, puedes clamar: “¡Señor, dame fe!”.
Cuando queremos respirar un poco de aire puro y recibir los rayos del sol, abrimos la ventana. Sería una locura permanecer detrás de las cortinas y lamentarnos: “¡Aquí no hay luz ni aire puro!”. Deja que perviva en ti esta imagen relacionada con el efecto de la oración. El poder y el don de Dios están en todas partes, al alcance de cada uno de nosotros, pero no es posible participar de ellos si no lo deseamos y si no nos ponemos en acción.
(Traducido de: Tito Colliander, Calea Asceților, tradusă de părintele Dan Bădulescu, Editura Scara, București, 2002, p. 43)