Se ha propagado mucho esta clase de teología, "del sufrimiento", sobre todo el año pasado, cuando tanto se habló sobre el Sacramento de la Unción de los Enfermos, llevándola y trayéndola, como atizando con una astilla una inocente herida. Como diciendo, “A ver qué más sale de ahí dentro...”, para mostrarle a los otros todas nuestras sufrientes secreciones. El sufrimiento no es un don de Dios. ¡No lo olviden! ¡La resistencia en el sufrimiento es el don de Dios!

El sufrimiento no puede venir de Dios. No es un don de Dios que te duela todo, que todos te humillen por no ser como ellos. Pero resistir frente a todos, con tu sufrimiento, y considerar que cada cruz es más bien un ala, ¡eso es mejor que cualquier cosa!

(Traducido de: Părintele Constantin Necula, Cum să ieșim din mediocritate, Editura Agnos, Sibiu, 2014, p. 96)