La paz del hombre sensato
El hombre virtuoso permanece en paz, gozando de la serenidad de sus pensamientos, sabiendo que las cosas de esta vida, tan ligeras y pasajeras, no se diferencian en nada de las ondas de los ríos.
Y así como quien permanece en la cima de una roca se burla de las olas, porque las ve estrellarse contra la piedra y deshacerse en espuma, del mismo modo el hombre que practica las virtudes, firme en un lugar seguro, no se inquieta en absoluto por las turbulencias que la vida trae consigo.
Al contrario, permanece en paz, gozando de la serenidad de sus pensamientos, sabiendo que las cosas de esta vida, tan ligeras y pasajeras, no se diferencian en nada de las ondas de los ríos.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Omilii la Facere, omilia XXIII, I, în PSB, vol. 21, p. 272)
