Palabras de espiritualidad

La pedagogía espiritual de las ofensas

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Debes asistir a la iglesia, hasta que sientas que has sanado tu alma. Y esto tendrá lugar solamente cuando te deje de importar si eres elogiado o insultado.

«¿Por qué no puedes soportar las ofensas de los demás? Esos agravios son, de cierta manera, como un tesoro, cuando alguien nos insulta o murmura en contra de nosotros por el bien que hemos hecho.

Debes asistir a la iglesia, hasta que sientas que has sanado tu alma. Y esto tendrá lugar solamente cuando te deje de importar si eres elogiado o insultado. Con el paso del tiempo, recordarás todo eso con agrado y lo aceptarás como una retribución por tus pecados.

El enfado es algo que sentimos solamente cuando nuestra alma está enferma. Por eso, hay que sanarla con esa suerte de “baños de barro”. Tenemos que aprender a ser pacientes con quienes nos ofenden y prepararnos para recibir, desde la mañana y hasta que nos vayamos a dormir, cualquier palabra ofensiva, cualquier improperio. Digámonos: “El demonio puede ver que oro, que lucho por salvarme, que me confieso correctamente y me limpio de mis faltas. Por eso es que quiere apartarme de la Iglesia. ¡Pero yo no lo haré! Dios me ayudará a soportar todo”.

Acostúmbrate a pensar así: “El día en que no haya tenido que soportar ninguna ofensa, ese día habrá pasado en vano”».

(Traducido de: Îndrumar creștin pentru vremurile de azi: convorbiri cu Părintele Ambrozie (Iurasov),vol. 2, Ed. Sophia, 2009, p. 316)