La personalidad, un don que nos lleva de la “imagen” a la “semejanza”
Todos los cristianos tienen, ciertamente, algún talento. Hay quienes tienen dos, y otros, cinco.
La personalidad es una excepcional cualidad espiritual. En ella la imagen de Dios es mucho más poderosa y clara. Todos los cristianos tienen, ciertamente, algún talento. Hay quienes tienen dos, y otros, cinco. Los talentos son energías para actuar, como una mente más rápida, un corazón más grande, una gran capacidad para amar, una voluntad más fuerte, una buena memoria o una creatividad innata.
Estas energías perciben mejor, cual antenas, las energías de la Gracia que las santifica. La personalidad debe, de igual manera, andar el camino de la imagen a la semejanza. Pero, gracias a sus cualidades espirituales más poderosas, la personalidad podría andar ese camino en menos tiempo o realizar una “desemejante semejanza”. Es suficiente con recordar a la pequeña santa de Argeş (Santa Filotea), apenas una niña, pero con una capacidad de amar que la llevó a formar parte de los justos de Dios.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca mare îndrumător de suflete din secolul XX, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2002, p. 128)