La profesión en la que cada mujer llega a realizarse
“María, ¿qué quieres ser cuando crezcas? ¿Arquitecta, escultora, pintora, médico...?” Ella me respondió, “¡Quiero ser mamá!”
Noto que nuestra hija va haciéndose una chica hermosa, pero trato de no inducirle ese pensamiento, para que no comience con ideas equivocadas sobre sí misma, mismas que podrían complicarle la existencia... podría llegar a considerarse una reina y a creer que necesita de todo en esta vida.
Quisiera que mi hija le ofrezca su propia belleza a la familia que va a formar cuando sea grande. Una vez le pregunté, “María, ¿qué quieres ser cuando crezcas? ¿Arquitecta, escultora, pintora, médico...?” Ella me respondió, “¡Quiero ser mamá!” Esta respuesta me gustó mucho, porque es, a su vez, muy correcta. Cada niña debería comprender, aún desde pequeña, que en el futuro habrá de ser madre y que, sólo después de esto, podrá convertirse en algo más, sea pintora, sea médico, para que la profesión le ayude a procrear y a educar a sus hijos, hacerlos personas de bien. La profesión no debe ser, entonces, un fin en sí mismo, para la mujer.
(Traducido de: Dmitrii Semenik, Dragostea adevărată: taina dragostei înainte și după căsătorie, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2012, p. 72)