Palabras de espiritualidad

La puerta del amor a Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

La obediencia es la primera de todas las virtudes elementales que el hombre debe cultivar, porque desvanece el orgullo y engendra la humildad de la mente.

Se sabe que la obediencia es la primera de todas las virtudes elementales que el hombre debe cultivar, porque desvanece el orgullo y engendra la humildad de la mente. Por eso, quienes la soporten con agrado verán que ella es la puerta al amor a Dios.

Renunciando a ella, Adán cayó a lo profundo del infierno. Amándola, el Señor se supuso a la voluntad de Su Padre, aceptando la muerte en la Cruz —que en absoluto redujo un ápice de Su grandeza y divinidad—, para que, desligando con Su obediencia la culpa de la desobediencia humana, pudiera hacer volver a la felicidad y la vida eterna a aquellos que ya vivían en obediencia.

Luego, es importante que también nosotros nos esmeremos en cultivar la obediencia, quienes hemos asumido la lucha contra el orgullo —que proviene del demonio—, porque ella nos enseñará,  a quienes la practicamos, todas las demás virtudes.

(Traducido de: Everghetinosul, vol. 1-2, traducere de Ștefan Voronca, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 95)