La pureza en pareja es algo esencial tanto antes como después de casarse
Cuando el hombre pone sus pasiones en manos de Dios, diciendo: “Señor, ayúdame a amarte tal como te he odiado, y, después, ayúdame a arrepentirme, del mismo modo en que he pecado”, su camino se abre por completo.
Antes de casarse, la pareja debe vivir en la misma pureza y devoción que habrá de caracterizarles aun después de casados. Si el individuo es un insensato antes de casarse, lo será también después. Si lo llevas en cierta dirección con el arrepentimiento, terminará explotando por otra parte. Lo que él no sabe es que Cristo es mucho más poderoso que el maligno y que, cuando consigues moverlo tan solo un milímetro de su dirección actual, llevándolo a territorio “seco”, todo el continente lo atrae con fuerza y lo ayuda a salirse del agua. Cuando el hombre pone sus pasiones en manos de Dios, diciendo: “Señor, ayúdame a amarte tal como te he odiado, y, después, ayúdame a arrepentirme, del mismo modo en que he pecado”, su camino se abre por completo.
(Traducido de: Pr. Conf. Univ. Dr. Constantin Necula, Iubirea care ne urneşte, Editura Agnos, Sibiu, 2010, p. 52-53)