La quimera del hombre moderno: la felicidad sin Dios
Obtén el amor puro,
que es ajeno a lo falso.
Si no lo consigues,
hasta la riqueza te será inútil.
El sosiego es del Señor:
“Él es manantial de paz”.
Si no acudes a Él,
en vano corres, sin avanzar.
Reconcíliate primero con el Señor,
viviendo “de acuerdo al espíritu”.
Si no cumples con esto,
tu afán se disipará en lo etéreo.
Obtén el amor puro,
que es ajeno a lo falso.
Si no lo consigues,
hasta la riqueza te será inútil.
Ama la vida juiciosa
y renuncia a la desidia.
Y si no entiendes esto,
en vano te has educado.
Vuelve la mirada de tu mente
a las centurias pasadas,
con el fértil espíritu de la fe
y hallarás todo lo que has perdido.
Si no puedes atrapar
con la mano
del agua la luna, en absoluto,
tampoco la “quimera” de la vida
en la vereda del mundo de hoy. .
¡La civilización moderna,
un “espíritu ajeno” te ha modelado
y la luz de la salvación
con disgusto has rechazado!
¡Orbitando como los satélites
alrededor del globo, sin detenerse,
así, tras las “quimeras” de hoy,
corres, olvidándote de Dios!
Corres, con miles de destrezas,
con una velocidad sin igual,
¡pero la prisa te lleva a la perdición
porque no sigue el camino de Jesús!
(Traducido de: Sfântul Ioan Iacob de la Neamț - Hozevitul, „Pentru cei cu sufletul nevoiaș ca mine...”, Editura Doxologia, Iași, 2011)