La riqueza, variedad y belleza del culto divino ortodoxo
El culto ortodoxo se expresa con formas establecidas definitivamente, que son las mismas para todos los fieles de cualquier parte del mundo, constituyendo un lenguaje común para manifestar la adoración a Dios.
El culto ortodoxo se caracteriza por su uniformidad y estabilidad. Es regido por distintas normas fijas y precisas, admitidas unánimamente, y se expresa con formas establecidas definitivamente, que son las mismas para todos los ortodoxos de cualquier parte del mundo, constituyendo un lenguaje común para manifestar la adoración a Dios, aunque para esto utilice distintos idiomas litúrgicos.
Luego, el culto ortodoxo se distingue por la riqueza, variedad y belleza de los elementos de arte que son puestos a su servicio, por medio de la solemnidad, magnificencia y esplendor de sus formas externas, como sus ritos y ceremonias, que constituyen el canon de los oficios litúrgicos y que son, de hecho, la expresión visible de la abundancia de sentidos religosos, de la piedad de los fieles y de la espiritualidad ortodoxa en general.
Estas cualidades son especialmente visibles cuando los oficios litúrgicos se realizan en condiciones óptimas (en catedrales, monasterios o en las parroquias de las ciudades). Todo esto le confiere al culto ortodoxo un enorme poder de influencia sobre el alma del hombre, siempre sensible a lo estético.
(Traducido de: Pr. Prof. Univ. Dr. Ene Braniște, Liturgica Generală, vol. I, Editura Basilica, București, 2015, pp. 120-121)