Aquel que cultiva la fuerza espiritual es más resistente que las tentaciones, aunque hay tentaciones más fuertes que algunas personas. ¿Por qué nos someten los pensamientos? Hay personas que todo el tiempo están preocupadas por el día de mañana, o cuando oyen algo de alguna guerra o que la paz del mundo “está seriamente amenazada”…  Y se intranquilizan, pensando en lo que vendrá, en lo que pasará con sus hijos, etc. Dejan que su alma sea carcomida por toda clase de ideas. ¿Por qué hay personas con un alma tan débil? Porque no tienen fe en Dios, no tienen la fe de que todo lo que pasa en este mundo es con el permiso de Dios, por Su voluntad y con Su conocimiento.

El hombre de fe tiene seguridad. ¿Por qué? Porque sabe que no está solo en este mundo y que no es el hombre quien determina todo lo que ocurre aquí, sino Dios. En esto consiste la fuerza espiritual. Hacer frente a las tentaciones, superar las pruebas del camino, permanecer sereno en todas las circunstancias de la vida, sabiendo que hay una fuerza en tu interior, dada por Dios, que disipa toda la maldad y todos los obstáculos que las tentaciones traen a nuestra vida.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 42)