Palabras de espiritualidad

La tristeza

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Como ser humano, la Madre del Señor no hubiera podido resistir la tristeza. Pero, al entregar su voluntad a Dios, el Espíritu Santo la fortaleció y le dio la fuerza necesaria para soportar este pesar.

En este mundo nadie puede escapar de las tristezas, pero los que se abandonan a la voluntad de Dios, saben soportarlas con facilidad. Las sienten, pero, al confiar en Dios, notan cómo pasan rápidamente.

Al pie de la cruz, la tristeza de la Madre del Señor era indescriptiblemente grande, porque amaba a su Hijo más de lo que nadie podría imaginarse. Y sabemos que, quien ama, ése ha de sufrir mucho. Como ser humano, la Madre del Señor no hubiera podido resistir la tristeza. Pero, al entregar su voluntad a Dios, el Espíritu Santo la fortaleció y le dio la fuerza necesaria para soportar este pesar.

Y más tarde, después de la Ascensión del Señor, Ella devino en consuelo para el pueblo de Dios, ante toda tristeza y necesidad.

(Traducido de: Cuviosul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, Sibiu, 2000, p. 98)