La verdadera caridad no consiste en dar de lo que te sobra
Hay muchos que vienen con los bolsillos repletos y te ponen un puñado de billetes sobre la mesa, mientras dicen: “¡Listo, padre! ¡Ya me salvé!”.
Un día, el padre Ilie Cleopa les dijo a unos seminaristas que vinieron a buscarlo al monasterio: «A muchos les puedes prescribir, como canon de penitencia, la práctica de la caridad. Pero eso no es posible en el caso de los ricos. Porque vienen con los bolsillos repletos y te ponen un puñado de billetes sobre la mesa, mientras dicen: “¡Listo, padre! ¡Ya me salvé!”.
¡Pero es que el Reino de Dios no se compra con dinero! Es mejor recomendarles que ayunen, que hagan postraciones, que hagan vigilias… Porque esto implica que tendrán que esforzarse para recibir una recompensa de Dios. La caridad es algo que practican mejor los que no tienen tanto. Porque, para ganarse un salario, un poco de dinero, tienen que trabajar mucho. Por eso es que Dios se los retribuye en abundancia».
(Traducido de: Arhimandritul Ioanichie Bălan, Viața Părintelui Cleopa, Editura Trinitas, Iași, p. 206)