¿Qué es la vida, hombre? Nada. Es tan breve, que ni siquiera nos lo podemos imaginar. Cuando es joven, el hombre no se da cuenta de ello. Muchas veces pienso en lo desafortunados que somos aquí, en la tierra, porque no podemos vivir ni siquiera cuatro mil millones de segundos. Tendríamos que vivir unos 130 años.  Cien años son casi tres mil millones de segundos. ¿Y qué son 100 años? Nada… Un momento, un instante muy, muy breve. Pero después vivimos en la eternidad. Por otra parte, este tiempo existe por el hecho de que la tierra gira sobre su propio eje y alrededor del sol. Si el sol se detuviera en el cenit, no podríamos medir más el tiempo. Viviríamos así eternamente, en un día sin fin. Pero si eso sucediera, no tendríamos de dónde empezar. ¡Si no midiéramos el tiempo, observaríamos que, de hecho, este no existe! Existe para nosotros, pero porque somos eres limitados.

(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea Vitovnița, Cum îți sânt gândurile așa îți este și viața, Editura Predania, București, 2010, p. 111)