Las aflicciones y su propósito
Translation and adaptation:
Las aflicciones no debilitan al hombre, sino que le demuestran cuán débil es.
Dios dispuso que nos ayudáramos los unos a los otros, porque no hay nadie sin falta, nadie sin un propósito, nadie que sea lo suficientemente fuerte, nadie lo suficientemente sabio. Por eso, debemos asistirnos lo sunos a los otros, consolándonos, animándonos y edificándonos.
La fuerza del individuo se conoce cuando tiene que enfrentar las aflicciones (cuando le toca sufrir por causa de las debilidades de otros).
Porque las aflicciones no debilitan al hombre, sino que le demuestran cuán débil es.
(Traducido de: Urmarea lui Hristos, Cap. XVI - Să suferim cu răbdare greșalele acelora ce nu se pot îndrepta, Editura Bunavestire 1998, p.31)
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