Palabras de espiritualidad

Las armas de las virtudes

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Quien luche contra las pasiones y desee ser coronado por Dios, si tropieza y cae, no tiene por qué desanimarse y desistir.

El hombre juicioso debe recordar todo el tiempo que, si es paciente en las leves y efímeras tribulaciones de esta vida, después de morir pasará a gozar de la alegría más grande, que es eterna. Por eso, quien luche contra las pasiones y desee ser coronado por Dios, si tropieza y cae, no tiene por qué desanimarse y desistir. Al contrario, tiene que levantarse y empezar nuevamente la batalla, esforzándose para poder ser recompensado. Así es como debe encontrarle el momento postrero, levantándose después de haber caído. Porque los sacrificios del cuerpo son armas de las virtudes y salvan el alma.

(Traducido de: Antonie cel MareFilocaliavolumul I, Editura Institutul de Arte Grafice „Dacia traiană”, Sibiu, 1947, pp. 17-18)