Palabras de espiritualidad

Las batallas más duras de la vida tienen lugar en el corazón del hombre

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Del corazón brotan los pensamientos más perversos, pero también los mejores... así, el hombre es tirado hacia dos direcciones opuestas. Esta lucha puede ser acometida y ganada, sólo si tomamos a Dios como aliado nuestro.

San Talasio de Libia se muestra convencido que un corazón bueno engendra sólo pensamientos buenos, porque “así como es su tesoro, así son también sus pensamientos”.

El hecho que los pensamientos buenos y los pensamientos perversos nazcan del corazón, no significa que la gracia divina y el demonio convivan al mismo tiempo en él. San Diadoco de Fótice precisa esto, así: “Cierto es que del corazón brotan los pensamientos buenos y malos, pero éste no produce por sí solo juicios pérfidos; lo que ocurre es que el recuerdo del mal se convierte en una costumbre, debido al primer extravío. Aunque la mayoría de los pensamientos malvados aparecen debido a la maldad de los demonios. Luego nosotros los sentimos como manando del corazón”.

A continuación, San Diadoco dice: “la gracia oculta su presencia en quienes han sido bautizados, esperando la decisión del alma”. Si el hombre guarda los mandamientos de Cristo y llama incesantemente su nombre, “el fuego santo rebosará sobre los sentimientos exteriores del corazón, ardiendo completamente la cizaña de la tierra del hombre.” Hallándose en este estado de cumplimiento de los mandamientos y llamando sin cesar el nombre del Señor, “el hálito del Espíritu Santo” desvanece las flechas del demonio “cuando éstas aún vienen en el aire”, antes de que alcancen el cuerpo.

En consecuencia, es en el corazón donde tiene lugar la más grande batalla del esforzado cristiano.

(Traducido de: Mitropolit Hierotheos Vlachos, Psihoterapia ortodoxă. Știința Sfinților Părinți, traducere de Irina Luminița Niculescu, Editura Învierea, Arhiepiscopia Timișoarei, 1998, pp. 189-190)