Las flechas son un símbolo de las tentaciones a las que el hombre se encuentra permanentemente expuesto. Sobre todo, se refieren a los ataques invisibles sobre nuestra alma por parte de los espíritus oscuros.

Los espíritus inmundos inspiran a nuestras almas pensamientos malos y pasiones impías, con tanto ímpetu y de forma tan inesperada, que se asemejan a las flechas que el cazador lanza al ciervo que abreva tranquilamente en el riachuelo, sin esperar ningún ataque.

El Santo Apóstol Pablo les pide a los fieles que permanezcan siempre alerta con temor y oración, para poder eludir “las flechas del astuto”.

(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Simboluri şi semne, Editura Sophia, Bucureşti, 2009, p. 61)