Palabras de espiritualidad

Las lágrimas que purifican el corazón

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

Translation and adaptation:

Intuyo que las lágrimas gratíficas están vinculadas a muchas transformaciones del corazón.

Hay lágrimas provocadas por tener un corazón débil, por tener un carácter endeble, o por dolor. Hay lágrimas forzadas también. Pero también hay lágrimas que vienen de la Gracia. El valor de las lágrimas no radica en cuánta agua brote de nuestros ojos, sino en lo que haya en nuestra alma cuando lloramos. Al no tener el don de las lágrimas, no me pondré a reflexionar aquí sobre ellas, pero intuyo que las lágrimas gratíficas están vinculadas a muchas transformaciones del corazón.

Lo más importante es que el corazón arda entonces en el fuego del Juicio de Dios, pero sin dolor y lamentaciones, sino con una humildad provocada por la esperanza puesta en el trono de nuestro misericordioso Señor, Quien juzga el pecado y perdona al pecador. También asumo que estas lágrimas deben venir sólo hacia el final de nuestros trabajos y esfuerzos, no los externos, sino los esfuerzos en purificar el corazón, cual lavado o limpieza del alma. Una cosa más: esos esfuerzos no duran una hora, o un día, o dos, sino años enteros. Se dice que también existe una suerte de llanto del corazón, sin lágrimas, pero igual de precioso y poderoso que las lágrimas mismas. Este llanto es el mejor para quienes viven en compañía de otros, que podrían verles llorar. ¡Todo esto ha sido creado por el Señor, nuestro Salvador!

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Învăţături şi scrisori despre viaţa creştină, traducere de Elena Dulgheru şi Richard Sârbu, Editura Sofia, Bucureşti, 2001, p. 4)