Palabras de espiritualidad

Las necesidades del cuerpo son simples y libres de malicia

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Para arrancar del alma las pasiones carnales que se han anidado en ella, el cuerpo tiene que ser crucificado, pero de una manera distinta.

Las necesidades del cuerpo son simples y libres de malicia. Veamos lo que hacen los animales: no comen hasta saciarse ni duermen en exceso, sino que, habiendo satisfecho sus necesidades físicas más indispensables, en el tiempo propicio para ello, se sosiegan durante un período prudencial. En el caso del hombre, el alma, olvidándose de sus atributos y virtudes, extrae de las simples necesidades del cuerpo un cúmulo de deseos contrarios a su naturaleza, mismos que, por su desmesura, terminan convirtiéndose en algo pernicioso para el cuerpo.

Luego, para arrancar del alma las pasiones carnales que se han anidado en ella, el cuerpo tiene que ser crucificado, pero de una manera distinta: es decir, privándolo de su desfigurada libertad y de algunas cosas que necesita, o dándole lo que necesita, pero en una medida muy inferior a lo que espera su naturaleza. 

(Traducido de: Sfântul Teofan ZăvorâtulTâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Traducere din limba rusă de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, pp. 17-18)