Las palabras proféticas de un stárets de Óptina
“¡No desesperes, todo va a estar bien! No vuelvas a casarte. ¡Ora mucho a Dios, y podrás criar a tus hijos!”.
En 1965, yo trabajaba en el comedor P.T.U. número 29, situado dentro del Monasterio Óptina. Con nosotros trabajaba como asistente María Beliakovich, quien nos relató lo siguiente.
A mediados de 1915, María visitó el Monasterio Óptina en compañía de su prometido, para hablar con el stárets Nectario y pedirle su bendición para poder casarse. Para esto, llevaron, como es costumbre, los íconos respectivos para la celebración de las nupcias, y una toalla.
Cuando entraron a la celda del stárets, este les dijo que no era la voluntad de Dios que se casaran. Llena de tristeza, ella se echó a llorar, y le confesó al padre que estaba encinta, razón por la cual no tenían más solución que casarse. El stárets le dijo: “Por favor, extiende la toalla que trajiste”. Así lo hizo ella, y, horrorizada, vio cómo la mitad de la toalla se había ennegrecido. “Escucha”, le dijo el stárets, “tú vivirás con él solamente la mitad de tu vida, porque él morirá primero. Tendrás cinco hijos. Pero él no es el hombre con quien tendrías que casarte”.
A continuación, en palabras de María, lo que sucedió después:
«A decir verdad, no creímos en lo que nos había dicho el padre, y decidimos seguir adelante con la boda. Nos casamos y después nos fuimos a vivir juntos. Ciertamente, tuvimos cinco hijos, y cuando el más pequeño tenía un mes y medio, el caballo volvió a casa trayendo muerto a mi esposo. Lloré mucho, porque, además, eran tiempos de hambruna. ¿Cómo me había quedado sola con cinco niños pequeños? En un momento dado quise envenenarlos a todos, y después arrojarme al pozo. Una noche, el stárets se me apareció en sueños, y me dijo: “¡No desesperes, todo va a estar bien! No vuelvas a casarte. ¡Ora mucho a Dios, y podrás criar a tus hijos!”. Y así fue. Todos crecieron bien. Hoy en día, los dos varones son militares, y las tres mujeres están casadas y viven en paz».
(Consignado el 1 de septiembre de 1965 por el hieromonje Miguel)
(Traducido de: Starețul Nectarie de la Optina, Editura Doxologia, Iași, 2010, p. 175)