Palabras de espiritualidad

Las pasiones, el cáncer del alma

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Los Santos Padres dicen que cada pasión es una obra de los demonios en el hombre, una acción del maligno. Y el hombre cambia, inevitablemente, después del ataque de los espíritus impuros.

La materialización de las pasiones se convierte, para el hombre, en un impulso destructor, aún más fuerte que los que son comunes a nuestra naturaleza. Esto podría soprendernos. La pasión sustituye a lo normal, tal como el cáncer sustituye las células sanas del cuerpo humano con otras, modificadas. Estas células empiezan a desarrollarse más rápidamente que las que son normales, llenando los órganos y corrompiendo los tejidos del cuerpo humano. Los órganos y los vasos sanguíneos se enferman, llenos solamente de cáncer. Esas células —de alguna forma— cumplen con ciertas funciones, pero llevan la muerte en su interior. Y todos esos cambios en la vida normal del cuerpo habrán de terminar, tarde o temprano, en la muerte.

De manera similar actúa cada una de las pasiones. Estas van ocupando el lugar de los movimientos normales del alma, para convertirse en “tejidos patológicos”, nuevos, pervertidos, del alma que empieza a vivir en los vicios, en vez de hacerlo por medio de sus auténticas características, mismas que le fueron otorgadas desde el principio. Los Santos Padres dicen que cada pasión es una obra de los demonios en el hombre, una acción del maligno. Y el hombre cambia, inevitablemente, después del ataque de los espíritus impuros.

(Traducido de: Protoiereu Vladimir Vorobiev, Duhovnicul și ucenicul, Editura Sophia, București, 2009, p. 24)