Palabras de espiritualidad

Las plegarias de la Madre del Señor por todos nosotros

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

“Líbralos del sufrimiento y del dolor, Señor, en especial a las viudas y a los niños, a los más necesitados y a todas las personas del mundo…”

Cuando alguna enfermedad asuela la faz de la tierra, o alguna epidemia como la peste o el tifus, o cualquier otra enfermedad que Dios envía por nuestros pecados, cuando mueren niños, cuando mueren padres y madres, hermanos y hermanas, y muchas familias terminan serparándose, solo hay alguien que puede ayudarnos. No hay nadie con el poder suficiente para devolver la salud al mundo, sino nuestro Buen Dios. Y la Santísima Madre del Señor, como una Madre amorosa, se postra de rodillas ante Él, implorando: “Señor, envíales salud y haz que el aire vuelva a ser sano. Líbralos del sufrimiento y del dolor, Señor, en especial a las viudas y a los niños, a los más necesitados y a todas las personas del mundo, porque hay muchos invocando mi auxilio y pidiendo que con mis oraciones reciban Tu compasión y Tu misericordia”.

Y así, a lo largo de la historia, las enfermedades y las epidemias han desaparecido, gracias al don de Cristo, cuando ni los doctores sabían que más hacer con tantos enfermos, con tantos convalecientes, con tantos muertos, con tantos contagiados. Y es que la Madre del Señor es esmera en sanar a todos y darles un consuelo.

(Traducido de: Părintele Cleopa Ilie, Predici la sărbătorile de peste an, Editura Christiana, 2001, p. 52)