Las plegarias de nuestros difuntos
También las almas que han partido oran por nosotros, en los Cielos.
Nosotros oramos por nuestros difuntos, de la forma que todos sabemos, aquí, en este mundo. Pero también las almas que han partido oran por nosotros, en los Cielos, y sus oraciones son más provechosas para nosotros que las oraciones que nosotros elevamos por ellas. Y no hablo sólo de los justos, cuyas almas se hallan en manos de Dios, orando por nuestra salvación. También las almas de los pecadores cuidan de nosotros, para que no les sigamos al lugar en el que ahora se encuentran y, siguiendo el ejemplo evangélico, le piden a Abraham que envíe a nuestras casas al justo Lázaro, para que nos enseñe lo que debemos hacer para librarnos de los tormentos eternos.
(Traducido de: Filocalia de la Optina. Volumul II, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2010, p. 44)