Palabras de espiritualidad

Lección de confesión

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Regresa mañana para repetirme todo lo que acabo de contarte. No he querido sino enseñarte cómo debes confesarte”.

La joven Sofía Konstantinova vino a visitar a la familia Nilus. Al confesarse, en la ermita Óptina, se quejó con el stárets que, viviendo en una casa ajena, le era muy difícil practicar el ayuno. El stárets, repentinamente, le preguntó, “¿Por qué, en aquel día de ayuno, no pudiste evitar comer embutidos?”. Sofía, asustada, pensó, “¿Cómo lo supo?”

Lo mismo sucedió con Sofía Mijailovna Lopujina, de apellido Osorghina antes de casarse. La muchacha relató que visitó Óptina cuanto tenía 16 años. Allí encontró una fila larguísima de personas, esperando entrar a hablar con el stárets, en su humilde casita de madera. Entonces, la muchacha se subió a unos arbustos, para poder ver a aquel sacerdote cuando saliera. No tuvo que esperar mucho, porque pronto apareció el stárets; éste, al verla, le hizo una señal con la mano para que se le acercara. La muchacha bajó rápidamente del árbol y entró junto al stárets a la casa. Allí —y para sorpresa de la chica— éste comenzó a relatar toda la vida de la muchacha, enumerando sus faltas, cómo y dónde las había cometido, todo con nombres y detalles. Al terminar, el stárets le dijo: “Regresa mañana para repetirme todo lo que acabo de contarte. No he querido sino enseñarte cómo debes confesarte”.

(Traducido de: Starețul Varsanufie de la Optina, Moștenire duhovnicească, traducere de Cristea Florentina, Editura Bunavestire, Galați, 2002, pp. 20-21)



 

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