Palabras de espiritualidad

Lo que debemos saber antes de acercarnos a la Comunión

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

No sólo de los pecados mortales debe alejarse quien desee comulgar, sino también de esos que parecen pequeños y que enfrían el calor de la devoción

El Santo Pan comprende en sí mismo Aquel purísimo e intachable Cuerpo, a Quien diera a luz la Santísima Virgen María. Por eso debe ser puro, en cuerpo y en alma, quien quiera comulgar de Él. Si sucediera que, entre sueños, viniera al hombre la tentación carnal, la Ley establece que en aquel día no comulgue ni consuma el antidoron, ni toque cualquier otra cosa santificada. Porque, si en tales casos la Ley antigua apartaba al individuo de la congregación de Dios en aquel día, con mayor razón debe apartársele de la Santa Comunión con los Santos Misterios.

Pero no sólo de los pecados mortales debe alejarse quien desee comulgar, sino también de esos que parecen pequeños y que enfrían el calor de la devoción; ésta es la mejor preparación para la Comunión y para avanzar, además, en el amor y la fe. Y que nadie se atreva a comulgar sin haberse confesado y habiendo cometido algún pecado mortal, porque el fuego vendrá a su alma, heredando, con Judas el traidor, los trabajos eternos. Luego, que nadie se acerque a la Eucaristía sin antes haberse confesado, buscando solamente agradar a los demás y hacerles creer que lleva una vida correcta.

(Traducido de: Monah Agapie Criteanu, Mântuirea păcătoșilor, Editura Egumenița, 2009, pp. 368-369)

 

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