Lo que diferencia a los cristianos del resto de los hombres
En esto se diferencian los verdaderos cristianos del resto de los hombres; esto es lo que explica la enorme distancia existente entre los cristianos y los hombres meramente terrenales.
Del mismo modo en que una corriente de aire sacude a las plantas y los árboles, dispersando violentamente las semillas, o tal como una sola oscuridad nocturna se extiende sobre una gran parte del mundo al mismo tiempo, así también, el maligno, siendo la oscuridad misma del mal y la muerte, como un viento terrible y salvaje azota a los pueblos e inspira toda clase de pensamientos viciosos, engañando los corazones de los hombres y sumergiendo las almas en las tinieblas de la ignorancia, la petrificación y el olvido, especialmente esas almas que no han renacido y no saben dirigir su atención a la vida eterna, porque está dicho: “Nuestra patria está en los Cielos” (Filipenses 3, 20).
En esto se diferencian los verdaderos cristianos del resto de los hombres; esto es lo que explica la enorme distancia existente entre los cristianos y los hombres meramente terrenales: en el hecho de que su mente y su pensamiento está siempre dirigido a lo celestial, viendo todo a través del espejo de las bondades eternas, con la comunión y participación del Espíritu Santo, habiendo nacido de nuevo desde lo alto y habiéndose hecho dignos de ser hijos de Dios en poder y verdad. Esto los lleva a un inefable estado de paz y serenidad, después de haber luchado y perseverado mucho, lo cual los ha hecho resistentes a los ataques de los pensamientos de pecado y maldad.
Con todo esto se hacen más grandes y más virtuosos que el mundo mismo, por el simple hecho de que su mente y su pensamiento se halla en la paz de Cristo y el amor del Espíritu, porque, como decía el Señor, “han pasado de la muerte a la vida” (Juan 5, 24).
(Traducido de: Sfântul Macarie Egipteanul, Cuvinte ascetice și epistole, Vol. II, traducere de Laura Enache, Editura Doxologia, Iași, 2017, pp. 203-204)