Lo que guarda y emite el corazón humano…
No hay ley ni disposición social que pueda someter al corazón humano.
Tal como es nuestro corazón, así es también nuestra vida. Si tu corazón es puro, santo y se mantiene lleno del amor ferviente hacia nuestro Señor Jesucristo, todos tus actos, todos tus pensamientos, todas tus opiniones sociales y políticas, toda tu filosofía de vida estará llena de esa santidad, de los santos preceptos del corazón. Y entonces podrás extraer del tesoro de tu corazón solamente buenos frutos en todo lo que hagas. En primer lugar, en tu vida cotidiana y en tu relación con quienes te rodean. Pero si en tu corazón reinan la maldad y la oscuridad, por buena que sea tu posición social y política, por justas que sean las leyes por las que te rijas, tú seguirás obrando el mal. No hay ley ni disposición social que pueda someter al corazón humano.
(Traducido de: Sfântul Luca al Crimeei, La porțile Postului Mare, Editura Biserica Ortodoxă, Bucureşti, 2004, p. 61)