Palabras de espiritualidad

Lo que hay detrás de cada pasión

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

“… Te podrás acercar a Dios, solamente cuando en tu vida espiritual obres, en primer lugar, esta transformación”.

Las raíces del pecado, según lo que nos enseñan los Santos Padres, son las pasiones. La sistematización de las enseñanzas sobre las pasiones está descrita en distintos textos que ellos nos legaron. Enumeremos algunas de esas pasiones: la gula, el desenfreno, la avaricia, la ira, la tristeza, la angustia, la vanagloria y el orgullo. Asimismo, podemos hablar de otras como la voluptuosidad, la envidia, la irascibilidad y la vanidad, aunque, en líneas generales, estas son formas distintas de las pasiones, o incluso pasiones que están emparentadas, que pueden ser calificadas con nombres diferentes.

La enseñanza sobre la vida espiritual del hombre tiene una espléndida fuente en los Santos Padres orientales. Luego, todo cristiano que quiera llevar una correcta vida espiritual —con mayor razón los sacerdotes—, debe no solamente conocer el ascetismo de los Santos Padres, sino también mantenerse en permanente comunión con ellos, leyendo y entendiendo sus escritos, para poder sentir en el corazón la experiencia de la verdadera vida interior.

Y no solamente hay que leerlos, sino también ponerlos en práctica, llevando una auténtica vida espiritual, para conocer por experiencia lo que los Santos Padres recomiendan. Sólo así, el sacerdote podrá explicarle al creyente contrito: “Sí, hijo, el pecado que cometiste es (o podría ser) muy grave. Sin embargo, lo importante no es solamente que te arrepientas de haber pecado, porque lo verdaderamente sustancial es que alcances la contrición por la pasión que ha engendrado o sigue engendrando dicho pecado, haciendo que se convierta en una enfermedad muy peligrosa para ti. Debes entender que tienes que desenraizar esa pasión de tu corazón, para poder transformar tu alma y también tu vida. Y te podrás acercar a Dios, solamente cuando en tu vida espiritual obres, en primer lugar, esta transformación”.

(Traducido de: Protoiereul Vladimir VorobievDuhovnicul și ucenicul, Editura Sophia, București, 2009, pp. 21-22)